
Te ha pasado que miras la cuenta del banco y respiras aliviado porque hay dinero?
Muchos empresarios viven así, convencidos de que la caja llena significa que todo va bien.
Pero cuidado: ese dinero no siempre es tuyo.
En realidad, dentro de esa cifra hay obligaciones escondidas:
- Los impuestos que llegarán dentro de unas semanas.
- Las nóminas de tu Equipo a final de mes.
- Las facturas de proveedores pendientes de pago.
El «síndrome de la caja llena» es confiarse con lo que ves en el banco, sin mirar qué parte está comprometida. Y ese autoengaño puede llevar a gastar más o tomar decisiones arriesgadas.
Cómo evitar este error?
- Separa cuentas: Ten una cuenta principal y otra específica para apartar dinero de impuestos y obligaciones. Así nunca caerás en la tentación de gastarlo.
- Proyecta tus pagos futuros: Haz un pequeño calendario con fechas clave: impuestos, proveedores, alquiler, nóminas. Verás enseguida cuánto de ese dinero realmente está disponible.
- Revisa tu flujo de caja: No basta con ver el saldo de hoy. Analiza cómo entra y sale el dinero mes a mes para anticiparte a los picos y bajones.
- Crea un colchón de seguridad: Ten siempre un margen reservado (aunque sea un mes de gastos fijos). Te dará tranquilidad y evitarás sustos.
Un saldo positivo en el banco puede dar una falsa sensación de seguridad.
La clave no está en cuánto dinero tienes hoy, sino en qué compromisos debes cubrir con él y cuánto te queda realmente libre para crecer.
Lola Consulting, tu socia en la gestión de tu Negocio.