Cuanto más especifiquemos el propósito que deseamos conseguir, más fácil y rápido lo lograremos.
Nuestra mente , desde su dispersión, no observa ni desea objetivos concretos, lo que hace que conseguir nuestras metas sea una tarea difícil. Imaginemos qué pasaría con el navegador del coche si, en vez de escribir que queremos ir a una calle concreta de la ciudad de Málaga, le diéramos la orden de que nos lleve más o menos al sur de España, sería complicado llegar a nuestro destino, si?.
Cuanto más concreto sea el objetivo, más fácil será establecer las estrategias adecuadas para realizarlo. La mente necesita órdenes claras para funcionar de forma eficiente.
Podemos tener el deseo de dirigir equipos en el aspecto profesional, pero sería aconsejable especificar el tipo de empresa y el cargo que deseamos ejercer. Definir y luego volver a definir. Cuanta más exactitud en la intención, más precisa se vuelve la energía que nos llevará hasta allí. Recordemos que el universo son matemáticas y con las cifras no se puede discutir ni razonar. Tener exactamente definido el objetivo conlleva la ventaja fundamental de diseñar con claridad las estrategias para llegar hasta él.
Así, que revisemos esos objetivos que nos hemos marcado para lograr este año y más concretamente, para este primer trimestre y veamos si están bien definidos y en caso de que no sea así ya sabes, definir y luego volver a definir.