
En la mente de muchos dueños y encargados de Restaurantes, más platos significa más opciones y por tanto, más Clientes. Pero la realidad es otra: una carta interminable no atrae, confunde. Y lo que es peor: te hace gastar más, perder tiempo y diluir tu rentabilidad.
Reducir tu Carta, no es un recorte… es una estrategia de crecimiento.
El problema de las cartas kilométricas
- Compras más ingredientes: más stock, más riesgo de desperdicio.
- La cocina se ralentiza: tiempos de espera más largos, Clientes menos felices.
- Los platos estrella se pierden en medio de tanto ruido.
Y lo más duro: una carta gigante no significa que vendes más, significa que tus costes suben sin control.
Menos platos, más impacto
Cuando acortas tu Carta, suceden cosas mágicas:
- Compras inteligentes: menos variedad de ingredientes, más volumen de los que realmente usas.
- Mejor operación: tu cocina se vuelve ágil, rápida y precisa.
- Ticket medio más alto: tus platos estrella brillan y se venden más.
- Cliente feliz: no se pierde en 5 páginas, elige rápido y disfruta.
Ejemplo real
Un Restaurante con el que trabajé redujo su Carta de 65 a 28 platos.
- Disminuyó su desperdicio en un 25%
- Bajó su tiempo de entrega en 12 minutos de media.
- Y lo mejor: su ticket medio subió un 15% porque los Clientes pedían más de los platos estratégicamente destacados.
Tip rápido para empezar
Revisa tus ventas de los últimos 6 meses.
Haz 2 listas:
- Platos que se venden mucho y dejan buen margen: se quedan.
- Platos que apenas salen y tienen costes altos: se van.
Lo que no suma, resta.
Una Carta más corta no significa ofrecer menos, significa ofrecer mejor.
Reducir tu Carta te permite ganar control, mejorar experiencia y aumentar rentabilidad.
Lola Consulting, tu socia en la gestión de tu Restaurante.